ZULMAIRE GONZÁLEZ
En estos momentos cuando el país está viviendo una profunda crisis política, existe gran cantidad de denuncias sobre violaciones de derechos humanos, y estamos siendo protagonistas de la casi inexistencia de valores por parte de quienes nos gobiernan, los ciudadanos venezolanos nos preguntamos: ¿Dónde está la Defensora del Pueblo? ¿A quién defiende la Defensora? ¿Qué hace la Defensora del Pueblo? ¿Realmente defiende al pueblo?
Resulta casi inexplicable que la institución que está llamada a promover, defender y vigilar los derechos y garantías contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales sobre derechos humanos, no haya alzado su voz cuando el gobierno venezolano decidió manifestar su consentimiento de no seguir obligado a cumplir la Convención Americana sobre Derechos Humanos, lo que traerá como consecuencia que el Estado venezolano dejará de estar sometido a la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Tenemos que tener presente que a partir del 10 de septiembre del presente año, los venezolanos seremos más vulnerables ante los abusos del Estado al no contar con la Corte Interamericana de Derechos Humanos para defendernos. Por ello nos preguntamos: ¿Cómo es posible que la Defensora del Pueblo sin ningún tipo de objeción permita que estemos a punto de perder una instancia para defendernos de los excesos que el Estado venezolano pueda cometer en materia de derechos humanos?
Es vergonzoso que la Defensora del Pueblo esté claramente identificada con el gobierno y que la mayoría de las declaraciones que ha emitido vayan orientadas a defender al régimen. La Defensora nos ha dicho que: "los venezolanos estamos viviendo una sensación de inseguridad", "que en Venezuela no hay presos políticos, sino personas que son privadas de su libertad", "se dará inicio a la cátedra pensamiento del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías", sobre la declaración de Pedro Carreño "no estuvo orientada a descalificar a ningún grupo vulnerable", sobre la medida humanitaria para Simonovis "eso no está en manos de la Defensoría".
La Defensora del Pueblo ha demostrado parcialidad política e ignorancia supina en materia de derechos humanos. Al igual que otros altos funcionarios decidió quebrantar el juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes al dejar un lado su mandato para defender incondicionalmente a la llamada revolución y no al pueblo. Solo queda decir que al no honrar el juramento realizado en diciembre de 2007: ¡Defensora del Pueblo que Dios y la patria os lo demanden!
Desde la nube
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